El significado de la Primera Comunión

El día de la Primera Comunión es un día muy importante en la vida de todo niño o niña cristiano. Ese día se recibe el Sacramento de la Eucaristía transformado en pan y en vino, representando el cuerpo y sangre de Cristo.

La palabra comunión proviene del latín communio que significa participar en común. Ese día se reúnen familiares, amigos y personas que comparten creencias religiosas para celebrar esa unión entre el hombre y Dios.

Pero antes de recibir la Eucaristía, los niños deben prepararse a través de la catequesis durante un año, más o menos. En esta preparación se les enseña a los niños el significado de recibir este Sacramento y las normas de la Iglesia.

Pero no solo eso, además todo aquel niño que quiera realizar la Primera Comunión deberá estar bautizado y estar confesado ante un sacerdote.

Medalla de comunión con la imagen de la Virgen María. Mimedalla.es

¿A qué edad se celebra la Primera Comunión?

La edad perfecta para que un niño realice la comunión es entre los 8 y 10 años. A esa edad un niño ya empieza a desarrollar un sentido crítico y puede empezar a tomar decisiones por sí mismo.

Es de vital importancia que los padres sepan estar a la altura del momento. Ya que se trata de una etapa donde los niños afirman ciertos valores éticos ,morales y espirituales. Y los padres deben saber acompañarlos y guiarlos para que puedan perdurar durante toda la vida.

Por tanto, la celebración eucarística es más que un simple banquete: es el memorial de la Pascua de Jesús, el misterio central de la salvación. El “Memorial” no significa solo el recuerdo, sino que quiere decir que cada vez que celebramos este Sacramento participamos en el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

No es necesario realizar gastos exagerados o convertir este momento en un acto puramente social. Muchos padres se preocupan demasiado en la vestimenta, en la comida para los invitados o creen que debe festejarse como si fuera un cumpleaños, perdiendo de vista que el verdadero valor.

Elementos importantes el día de la Primera Comunión

Es importante que los padres sepan que elementos son importantes el día de la primera comunión de sus hijos, para así poder explicarles su verdadero significado.

El Rosario: Simboliza el compromiso de rezar el rosario para lograr la conversión de pecados, la unión familiar y la paz mundial, depositando la confianza de los niños en la Virgen María como su Madre Celestial.

La Biblia: La vida del pequeño comienza a ser guiada por la palabra de Dios a través de este libro sagrado. Deberá comprometerse a leerla con frecuencia para conocer mejor a Jesús y de esta manera, tomarlo como modelo para su vida.

La Vela: Al inicio de la Liturgia, todos los niños y las niñas llevan en su mano una vela blanca que se enciende con el Cirio Pascual. Al realizarlo, cada uno estará recibiendo la luz de Cristo que representa la guía que los iluminará en sus pasos hacia la vida eterna, asumiendo el compromiso de ser ellos también, una luz en el mundo.

El Crucifijo: Se entrega a cada niño y a cada niña en su Primera Comunión para recordar que a partir de ese momento, se siguen las enseñanzas de Jesús, tomando cada uno su propia cruz.

Cruz calada para comunión

La Medalla: como testimonio de sus promesas bautismales, cada niño llevará colgada su medalla de bautismo, para renovar dichas promesas en el día de su Primera Comunión.

Medalla de comunión con Virgen láser

El Traje del los niños: Generalmente los varones se visten de traje y corbata como también puede llevar un pantalón azul o negro, acompañado de una camisa blanca. Algunas personas prefieren vestir al niño totalmente de blanco.

El traje de las niñas: Un vestido blanco largo es el clásico de las niñas, puede estar adornado con flores, encajes o bordados. El color blanco simboliza la pureza y la sencillez (también se puede optar por un color beige o rosado). En la cabeza, suele colocarse una corona con flores muy pequeñas.

Por todo esto es que la Eucaristía se coloca en el corazón de la “iniciación cristiana”, junto al Bautismo y a la Confirmación y constituye la fuente de la vida misma de la Iglesia.

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