Se entiende por ley de un metal a la proporción en peso en que el metal precioso puro se encuentra en una aleación.
Se puede expresar en milésimas (1/1000 partes de peso de la aleación) o en quilates (1/24 partes de peso de la aleación). De esta manera, el oro puro tiene 24 quilates (24k) y 1000 milésimas.
- El oro de primera ley, es conocido como oro de 750 milésimas (750/1000) o de 18 quilates (18/24). Es decir, por cada 24 partes en peso de la aleación, 18 son oro puro y las restantes son otros metales, que le dan la dureza y el color ideal para joyería.
- El oro de segunda ley, es conocido como oro de 585 o de 14 quilates (14/24). Es decir que por cada 24 partes en peso de la aleación, 14 de ellas son oro puro y las restantes 10 son otros metales. Es el quilataje de oro más utilizado en México, EEUU, Dinamarca, Holanda, Finlandia, Noruega...
- El oro de 9 quilates tiene 375 partes de oro por mil, la mitad que el oro de 18K. Es el oro más popular para joyería en Inglaterra.
La plata se alea fácilmente con casi todos los metales, pero el metal de aleación por excelencia es el cobre, que la endurece. Las adiciones de cobre no alteran el color de la plata.
Los metales principales que se utilizan en joyería están aleados con otros metales. Según varíe esa aleación (con cobre, plata, paladio...) las cualidades y características físicas del metal precioso principal, como el color, cambian. Tiene que quedar claro que una joya de 18k siempre tendrá la misma cantidad de oro puro, independientemente de si es oro blanco o amarillo, lo único que variará será la proporción del resto de metales de la aleación.
Tanto el oro blanco como la plata se bañan en rodio, un metal precioso muy resistente y valioso (de la familia del platino).